Un día tome la decisión de parar mi mente, de callarla y aprender a dirigirla hacia otros pensamientos que me permitieran crear mi propio bienestar, mi felicidad. Así también se veían beneficiados todos aquellos con los que compartía mi vida.
Es como un flujo de energía que se transmite de unos a otros. Entonces, todo cambia. Tu estado de ánimo influye en los demás y al mismo tiempo yo me beneficio de ello. Es como un feed-back. Un intercambio de buena energía y de buen rollo.
Es necesario para nuestro bienestar convertir los pensamientos y palabras negativas que a veces nos dejamos intoxicar por los que nos rodean. Por aquellos pensamientos positivos. Por ello la importancia de rodearnos de personas positivas. Así todo es más sencillo.
Quedate con lo positivo de aquellas personas con las que compartes tu vida.