jueves, 29 de marzo de 2012

ENCONTRANDO EL EQUILIBRIO EN UN MUNDO DE DUALIDADES

Todos y cada uno de nosotros vivimos en una constante dualidad; el ying y el yang; positivo-negativo; masculino-femenino. Esta dualidad es necesaria para sobrevivir en este mundo físico.

Nuestro reto como seres humanos es llegar a conseguir el equilibrio entre estas dualidades. Pero todo equilibrio como ya sabemos es inestable. Por ejemplo, lo natural es tener más pensamientos positivos que negativos, pero en la sociedad y con todo lo negativo que está sucediendo actualmente, es más habitual tener o estar en un estado más negativo que positivo.

Por tanto, forma parte de nuestra responsabilidad como adultos, como humanos poder cambiar este chip, para que las generaciones que lleguen y nosotros mismos podamos vivir una vida más positiva y plena.

Pero todo comienza por uno mismo:

Debemos empezar a entender y comprender que detrás de cada uno de nosotros hay algo bueno y algo no tan bueno. Al comprenderlo y hacerlo parte de nosotros, es más sencillo dar amor y luz a esa parte oscura de cada uno.

Piensa que cuando conoces o tienes a alguien a tu lado que te transmite ignorancia, piensa que esa persona también puede ser una persona lúcida, ingeniosa, inteligente.
Detrás del rencor o del odio, siempre va a existir el amor, el cariño y el afecto.
Si te sientes superior a alguien, piensa que el otro puede sentirse inferior y esto puede acarrear consecuencias ante tí. Porque el "inferior, insignificante o imperfecto", también es importante.
Una persona desagradable y antipática también es una persona llana, asequible, fascinante, cordial.

Esta dualidad, forma parte de la Naturaleza para darnos cuenta que en todas las personas hay una parte de luz y otra parte oscura. Si nos trabajamos cada uno de nosotros esas partes oscuras de nosotros mismos, podremos conseguir ir quitando esa oscuridad para ir sacando lo mejor de nosotros a la luz.

Cuando reconozcas algo oscuro a los demás, piensa que tu también formas parte de ello. Recuerdale que tras esa parte oscura, se esconde la luz. Siempre te lo agradecerá.

Más ejemplos:

Persona enfadada, disgustada, enojada, también es tranquila, calmada, pacífica.
Una persona triste, apenada, entristecida, también puede llegar a ser alegre, jovial y risueña (si se lo propone).
Una persona envidiosa, celosa, egoísta. También es alguien generoso y noble.
Alguien perezoso, holgazan, dejado, descuidado. También puede ser ágil, activo, resuelto, vivo.


Conclusión: Mira en los demás lo mejor de tí mismo y si no lo ves en ti, miralo en los demás y lo verás reflejado en ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario